Hace un par de años hice un regalo a un amigo mío. Recuerdo ese regalo en especial porque era algo muy bonito y me hacía especial ilusión regalárselo.
A él le encantó, de hecho aún lo sigue usando.
Tiempo después llegó mi cumpleaños.
La verdad es que yo esperaba un regalo de su parte. Tampoco pedía que fuese algo igual, pero sí un regalo. Sin embargo, ese regalo nunca llegó.
Me sentó bastante mal. Imagínate qué cara de idiota se me quedó.
Ese gesto me dolió mucho, pero él nunca lo supo. Yo no le dije nada.
En esta ocasión fue un detalle aislado, pero cuando estas cosas se repiten y no se hablan, vamos haciendo mochila y la mochila acaba explotando.
Es posible que te haya pasado con tu pareja. Aguantas y aguantas sin decir nada hasta que un día todo explota y ya no aguantas más.
A mí me paso hace tiempo en la oficina, creo que la mayoría lo recordarán. Hoy puedo decir que estoy seguro de que no me volverá a pasar ni ahí ni en ningún otro lado.
Un compañero, una actitud, una decisión de la empresa con la que no estas de acuerdo.
Todo suma a la mochila de mierda.
Hoy quiero invitarte a que si por cualquier casualidad te sientes mal por algo, lo hables. Pero que lo hables con esa persona para ponerle fin a tu malestar.
Ese amigo, esa pareja, ese compañero o ese jefe.
Háblalo. Estoy seguro de que te sorprenderás del resultado.
No sirve de nada guardarse las cosas y en la mayor parte de los casos siempre se puede llegar a un consenso y que ambas partes salgan reforzadas.
Si no te sientes a gusto haciendo este ejercicio también lo puedo entender.
Lo único que puedo decirte es que si no lo vomitas, el problema se puede llegar a enquistar.
Una cosa, otra, otra, otra… no dices nada.
Tu actitud cambia.
Tus ganas cambian.
Y de repente ya no eres feliz en el trabajo.
Ojalá estas palabras te sirvan para encontrar un poquito más de paz y que sepas que si tienes algo que decirme a mí en concreto, estaré encantado de escucharte y tratar de llegar a un entendimiento.
Yo no quiero que estés mal, pero si no sé lo que te pasa nunca podré ayudarte.
Hablad joder, ¡que no cuesta nada!
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PD: Esto es para hacerlo desde la empatía y el consenso y no desde el reproche. Si echas en cara cosas al otro se pondrá a la defensiva y el ejercicio no servirá de nada.
PD2: Antes de hacer nada piensa en la otra parte. En por qué ha podido hacer eso y en que no lo ha hecho con ánimo de hacerte daño. Estoy seguro de que así la conversación será mucho más fluida.